En los Estados Unidos, el 40% de los alimentos producidos se tira a la basura, lo que se traduce en más de 63 millones de toneladas. El Departamento de Protección Ambiental de Nueva Jersey (NJDEP) estima que 1,3 millones de toneladas de alimentos excedentes de Nueva Jersey terminaron en vertederos en 2017. Los excedentes de alimentos pueden incluir restos de comida, como huesos o cáscaras y partes superiores de vegetales, que pueden usarse para generar energía mediante la digestión anaeróbica o convertirse en abono rico en carbono. También puede incluir alimentos comestibles que las personas pueden consumir y, por lo tanto, donar.
La prevención, la donación y el reciclaje de alimentos desperdiciados se están convirtiendo en prioridades principales para los estados y las empresas de los Estados Unidos. Estas iniciativas también pueden ser una valiosa oportunidad para que las empresas e instituciones reduzcan aún más su huella de carbono en los flujos de residuos. En Nueva Jersey, estas prioridades se han convertido en parte integral de la mejora de los objetivos de salud pública, equidad y acción climática. Por ejemplo, a partir de octubre de 2021, el proyecto de ley A-2371 exige que los generadores que producen un promedio de 52 toneladas o más de residuos de alimentos preconsumidos al año, ubicados en un radio de 25 millas de una planta de procesamiento de productos orgánicos autorizada, procedan a buscar, separar y reciclar sus residuos alimentarios.